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Una Eason Siempre Mira Hacia Adelante

Ciara hacía ya un tiempo que lo estaba pensando. Esa misma tarde, un hombre pasó por la casa de las Eason a recoger a Ashley, llevándola a la primera cita de su vida. Aitana ya no era una bebé. Ahora tenía 12 años y era toda una adolescente poquito a poco consiguiendo sus espacios propios. Rosi y Ru eran mujeres hechas y derechas, con citas, amoríos, coqueteos y demás. La única que permanecía estática era ella.

La rubia suspiró, cruzando las piernas, sentada en una pequeña mesita en el recibidor. ¿Ella se había rendido en el amor? Su mirada fue a parar a la ventana, donde una gran extensión de tierra la separaba de sus vecinos. Vivía en un terreno inmenso dentro de un barrio privado... y se sentía tan aislada como aquello sonaba. Ciara ya estaba un poco cansada.

Casi dos horas después, tras haberse cambiado y maquillado, la Eason posó su mano en la perilla de la puerta. Juntó valor y la giró para hacerse paso hacia el exterior. Ella siempre procuró ser un buen ejemplo para sus hijas, así que no podía dejarse ver por ellas totalmente vencida por la monotonía.

Ciara fue al centro, al lugar donde antes era toda una Reina.

Ciara estaba dispuesta a enamorarse, a experimentar, a aventurarse a lo desconocido... a sentar cabeza o a dejar que el mañana la sorprenda.

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